

El inicio de la alimentación complementaria no ocurre de un día para otro.
Es un proceso que empieza mucho antes de ofrecer el primer bocado: desde las experiencias sensoriales, el movimiento y la exploración que el bebé vive durante sus primeros meses.
Preparar al bebé con tiempo favorece que esta etapa sea tranquila, segura y llena de curiosidad, en lugar de generar rechazo o frustración.
Un mito común es pensar que el bebé debe tener dientes para iniciar la alimentación complementaria.
En realidad, la masticación se desarrolla primero con las encías, y los dientes aparecen más adelante —algunos bebés los tienen desde los 4 meses y otros no hasta el año de edad—, sin que esto represente ningún problema.
Lo importante es que el bebé esté listo desde su desarrollo físico, neurológico y sensorial, no desde la presencia de dientes.
Para poder comer con seguridad, el bebé debe tener suficiente fuerza y control en su cabeza y tronco.
Esto se logra con muchas oportunidades de juego en el piso, sobre una colchoneta firme o un tapete de foamy.
Durante los primeros meses:
Colócalo boca abajo para fortalecer cuello y espalda.
Anímalo a girar de un lado a otro, alcanzando objetos o personas.
Desde los 4 meses, puedes sentarlo sobre tu regazo o apoyado en almohadas, para que empiece a practicar la posición sentado.
De esta forma, cuando llegue el momento de la alimentación complementaria, su cuerpo estará preparado para mantenerse estable y recibir alimentos semisólidos con seguridad.
Realiza estas actividades para fortalecer su cabeza y tronco.
A partir de los 4 meses, el bebé comienza a tomar objetos con intención y a llevarlos a la boca.
Este es un paso fundamental, porque el mismo movimiento que hoy hace con un juguete, mañana lo hará con un trozo de comida.
Permítele explorar con objetos livianos, suaves y seguros.
Los Animales Sensoriales de Tool-be son ideales para esta etapa, ya que estimulan el agarre voluntario y la coordinación ojo-mano mientras fortalecen su curiosidad.
Realiza esta actividad para fortalecer su agarre
Objetos al frente, a los lados, arriba
Antes de los seis meses, el bebé debería tener muchas experiencias táctiles con diferentes texturas.
Esto es esencial para que, cuando empiece la alimentación complementaria, tolere mejor las sensaciones nuevas en su boca y no rechace alimentos por su consistencia.
El sentido del tacto no está solo en las manos: también en los labios y la lengua, donde el bebé percibe temperaturas, presiones y texturas.
Por eso, déjalo jugar con materiales variados —ásperos, suaves, rugosos, lisos— en su piel, pies y manos.
Puedes usar los módulos del tapete sensorial, el Set de Sensaciones y los elementos de texturas de Tool-be para fortalecer esta integración sensorial.
Cuando haya tenido suficiente contacto con texturas desde su cuerpo, aceptará con naturalidad las sensaciones de los alimentos:
las fibras del mango,
las ramitas del brócoli,
las hebras de la carne,
la cremosidad del aguacate o
la textura viscosa de una granadilla.
Estas experiencias previas ayudan a que el bebé no sienta molestia, náuseas o rechazo, y viva la comida como un juego de exploración y placer.
Realiza esta actividad para mejorar la percepción táctil
Cada bebé tiene su propio ritmo.
Algunos estarán listos para iniciar la alimentación complementaria justo a los seis meses, y otros un poco después.
Lo importante es acompañar con calma, observando sus señales de madurez y celebrando cada avance.
Prepararlo con tiempo —fortaleciendo su cuerpo, estimulando el agarre y explorando texturas— es la mejor forma de asegurar que su primera experiencia con los alimentos sea positiva, respetuosa y llena de descubrimientos.
Para conocer todas las pautas y recomendaciones para iniciar esta etapa paso a paso, consulta nuestro libro Comer bien, crecer mejor 2, tu guía práctica para vivir la alimentación complementaria con seguridad y amor.