El embarazo y la lactancia son etapas que requieren un cuidado especial del cuerpo. Durante estos momentos, las necesidades de energía, nutrientes y especialmente de hierro aumentan considerablemente. Una de las afecciones más comunes en este periodo es la anemia, una condición que puede afectar la salud de la persona gestante y el desarrollo del bebé.
¿Por qué es importante el hierro?
El hierro es un mineral esencial para la producción de hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno por todo el cuerpo.
Durante el embarazo:
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El volumen de sangre aumenta hasta un 50%.
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El cuerpo necesita más hierro para formar glóbulos rojos adicionales.
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También se requiere hierro para apoyar el desarrollo del bebé y la placenta.
Tras el parto, especialmente si hubo pérdida de sangre significativa, los niveles de hierro pueden disminuir aún más. Durante la lactancia, el cuerpo sigue necesitando hierro para mantener las reservas, ya que la leche materna se forma a partir de nutrientes que provienen de la sangre. Por eso, es fundamental reponer ese hierro para evitar una posible anemia postparto.
¿Qué es la anemia?
La anemia ocurre cuando no hay suficientes glóbulos rojos o cuando tienen bajos niveles de hemoglobina. Una de las causas más comunes es la deficiencia de hierro, pero también puede deberse a otras condiciones.
Esto puede causar síntomas como:
En el embarazo, puede aumentar el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer o complicaciones en el postparto.
¿Cómo prevenir la anemia desde la nutrición?
Una alimentación balanceada es clave para prevenir la anemia. Aquí te compartimos algunas recomendaciones nutricionales para asegurar una buena ingesta de hierro:
✅ Alimentos ricos en hierro
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Hierro hemo (de origen animal):
Hígado, carne de res, pollo, pavo, pescado, huevos.
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Hierro no hemo (de origen vegetal):
Lentejas, garbanzos, fríjoles, espinaca, acelga, quinoa, semillas de calabaza.
👉 Recuerda que el hierro de origen vegetal se absorbe mejor si lo acompañas de alimentos ricos en vitamina C, como naranja, guayaba, pimentón rojo o limón.
🚫 Evita combinaciones que disminuyen la absorción
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Té y café (evita consumirlos con las comidas).
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Lácteos en exceso en las mismas comidas ricas en hierro.
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Alimentos altos en calcio inmediatamente junto a las fuentes de hierro.
Suplementación: ¿cuándo es necesaria?
Durante el embarazo, es común que los médicos receten suplementos de hierro para asegurar una ingesta adecuada. Además del hierro, otros micronutrientes esenciales que deben ser supervisados y recetados por el profesional de salud incluyen:
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Ácido fólico
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Vitamina B12
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Vitamina D
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Zinc
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Calcio
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Omega 3 (DHA)
👉 Importante: Nunca tomes suplementos por tu cuenta. Es el médico o nutricionista quien debe indicarte la dosis y el tipo adecuado según tus necesidades individuales.
¿Y durante la lactancia?
Aunque el hierro no se encuentra en grandes cantidades en la leche materna, es fundamental que la madre mantenga sus reservas estables para evitar anemia, fatiga excesiva o afectación en su bienestar general.
Durante la lactancia:
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Mantén una dieta rica en hierro y micronutrientes.
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Continúa con los suplementos si tu médico así lo indica.
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Escucha tu cuerpo y no ignores síntomas de cansancio extremo o debilidad.
En resumen
Prevenir la anemia durante el embarazo y la lactancia es posible con una buena alimentación, seguimiento médico y hábitos saludables.
Cuidar de tu nutrición es una forma poderosa de cuidar también de tu bebé.
Y recuerda: una mamá fuerte y bien nutrida puede ofrecer lo mejor de sí a su hijo o hija.