• Cuando el llanto inicia acércate al bebé, esto evitará que se excite más. Sostenlo y mécelo.
• Ensaya cubrir los motivos básicos. Mientras lo haces háblale o cántale.
• Nunca dejes que llore hasta que se canse, esto activas sustancias tóxicas para su cerebro que, si se repiten frecuentemente, pueden afectar sus aprendizajes futuros y el vínculo con los demás.
• Si notas que te estás alterando pide ayuda a alguien de confianza, tómate un tiempo para la calma y regresa.

La buena noticia es que el temor o incertidumbre, que al principio genera el llanto de un bebé, podrá convertirse en confianza. Es decir, con la experiencia nos volvemos expertos en identificar señales antes del ruido del llanto y esto es uno de los signos de que nuestra comunicación está mejorando.