¿Cómo hablarle a los bebés y niños?
¿Cómo le hablo a mi hijo?
¿Qué sentido tiene para un niño que le digan “pórtate bien”? ¿Qué es portarse bien? Transmitamos lo que esperamos de ellos en términos claros, positivos y flexibles:
Palabras claras
Que nuestras instrucciones o recomendaciones expresen lo que esperamos ver en ellos: “hoy en clase de arte vas a jugar con la pintura y a pintar un lindo dibujo. Quédate cerca de la profesora para oírla mejor “.
Palabras positivas
Los adultos también debemos regular la palabra “no”. De esta manera nuestro hijo aprenderá mejor las cosas que puede hacer y no las que no puede hacer: Reemplacemos “no te vayas” por “quédate aquí jugando con esto…” o cambiemos el “no” por “ten cuidado…”. “Eso es peligroso…”.
Palabras flexibles
Si nuestro hijo participa en el establecimiento de las reglas podrá sentirse más responsable de ellas y tendrá mayores intenciones de cumplirlas, por eso aceptemos otras alternativas. Darle dos opciones para escoger su ropa o la comida en un restaurante; escribir las tareas de la casa que a él le gusta hacer; prepararlo para cambiar de actividad preguntándole si necesita 5 minutos más, ya que debemos ir a comer.
Recordemos que este no es un proceso inmediato pues cada uno tiene su ritmo.
Evitemos que el niño se sienta humillado, ridiculizado o ignorado. No se trata de descalificarlo cuando no realiza algo de la forma en que esperamos. Los niños necesitan sentirse aceptados incondicionalmente, pues esto ayudará a desarrollar seguridad y confianza en sí mismos y en los demás.
Las palabras que elegimos para hablarle a los niños, para describirlos y para hablar de cómo son, se convierten en ideas que van creando su identidad, con las cuales se presentan al mundo y se relacionan con él.
Recomendaciones
- Cuando le hables a tu niño, ubícate a su misma altura, míralo a los ojos y tócalo suavemente.
- Evita dar instrucciones extensas; recomendamos ser concretos y no repetitivos.
- Si le hablas de lejos, lo más probable es que pierdas su atención; dirígete hacia él con una actitud tranquila.
- Si tienes opiniones diferentes con tu pareja, no se desautoricen delante del niño, pueden decirle que como padres se deben reunir para conversar antes; previamente pueden crear un idioma de señas que ayude a prevenir reacciones que ya se habían definido debían ser cambiadas.
- Tu amor por los hijos es incondicional, por lo tanto, no debes usarlo como recompensa o como amenaza “Si te portas mal no te quiero”.
- Tu amor debe estar separado de cualquier sentimiento de enojo o frustración.
- Evita utilizar etiquetas como: “eres muy llorón”, “eres insoportable”, “eres hiperactivo, no te quedas quieto”. Estas son palabras que escogen los adultos para describirlo; él se las empezará a creer y harán parte de su identidad, afectando su autoestima. Por el contrario, puedes optar por hablar del día o del comportamiento: “Parece que hoy fue un día difícil, de muchos cambios y te ha hecho llorar mucho. Creo que es mejor hacer actividades más tranquilas los días como este”. Otra opción podría ser: “creo que te está pasando lo del cuento que leímos ayer, del osito bravito, a veces uno se siente así, pero sé que se te pasará”.
- Etiquetar también incluye decirle siempre a nuestro hijo, por ejemplo, que es inteligente y es el mejor en todo. Es preferible elogiar utilizando palabras como: “eres muy bueno pintando”, “vi que saludaste a tus nuevos amigos, eres muy amable”, “cuando me abrazas, eres un niño muy cariñoso”