Niños agresivos: ¿Cómo manejar sus emociones?
El niño agresivo
Mientras más crezcan, más confiados se sienten del mundo en el que viven, pero a veces, cuando no les salen las cosas, se frustran y se enojan mucho, por eso debemos seguir enseñándoles a reaccionar ante estas situaciones. Algunos pegan, empujan o muerden porque no se les ocurre otra cosa qué hacer. Aunque suene extraño este es un momento que, como padres, tenemos que aprovechar ya que es la oportunidad para mostrarle cómo asumimos, de manera tranquila, la frustración de no poder obtener algo o reparar lo que se destruyó. Mostrémosle que existen maneras de expresar sentimientos negativos sin tener que pegar ni golpear, no podemos igualarnos a sus reacciones, primero porque no está bien pegarle a nadie. El padre es el primero en cumplir las normas de su casa.
- El niño agresivo Si el niño aún no tiene suficientes palabras, posiblemente lo muestre con la conducta, entonces no pensemos que es un niño “malo”, que quiere hacer daño, sino que necesita de la ayuda del adulto para aprender a resolver esta situación emocional.
- Si se está haciendo daño, debemos contenerlo físicamente, con abrazos, e irle contando que no queremos que se haga daño, que sabemos que se siente de esta manera, pero que nuestra labor como padres es protegerlo.
- Compartirle lo que creemos que está sintiendo es una excelente manera de ayudar a que pueda ir reconociendo sus emociones. Luego, contarle lo que sintieron mamá o papá.
- Proponerle ideas de cómo puede expresar la rabia que le dio cuando le quitaron el juguete o la tristeza de tener que terminar un juego, a través de señas o palabras claves que harán que prestemos atención a tiempo y lleguemos a nuevos acuerdos.
- Observémoslo de cerca para que podamos intervenir apenas haya señales, para intentar impedir la agresión.
- Después de prestarle atención, con caricias o cercanía y hablándole, ahora sí podremos invitarlo a cambiar de actividad. Si no le prestamos atención a lo que pasó y en lugar de eso lo ignoramos y pasamos a otra actividad, perdimos la oportunidad de reflexionar y aprender nuevas formas de reaccionar.