El niño inquieto

La mayoría de los niños pequeños son muy activos y tienen mucha energía. Un comportamiento enérgico es normal, habrá momentos del día en el que se manifieste más que en otros. Observar cuándo ocurren estos picos de energía podría darnos información si están relacionados con una situación en particular, si coinciden con algunas novedades, por ejemplo, cuando llega un nuevo bebé o la familia se cambia de casa. Entonces la inquietud puede ser la respuesta a la incertidumbre o a la alegría.

• Para hablar con él asegurémonos de que nos presta atención, aumentemos la cercanía y el contacto visual.
• Evitemos gritar, será preferible ir hasta donde está, agacharse hasta quedar a su misma altura y tocarlo con suavidad mientras hablamos.
• Usemos palabras que no lo ofendan, reemplacemos “quédate quieto, estás muy cansón”, por “recuerda caminar más despacio, te puedes hacer daño”.
• Planifiquemos actividades en un lugar donde como padres nos sintamos tranquilos, para permitir que corra, salte, trepe, juegue con una pelota o baile. Los niños necesitan mucho movimiento y mucha exploración física.