El rol del papá antes, durante y después del nacimiento: presencia, calma y amor

El rol del papá antes, durante y después del nacimiento: presencia, calma y amor

El rol del papá antes, durante y después del nacimiento: presencia, calma y amor

El nacimiento de un bebé transforma la vida de toda la familia.
Para la mamá, es un momento de entrega física y emocional; para el papá, un tiempo de aprendizaje, conexión y también de dudas.

Muchos hombres sienten miedo al cargar por primera vez a su hijo: creen que sus manos son demasiado grandes, que pueden hacerle daño o que no serán lo suficientemente hábiles. Y está bien sentirse así: nadie nace sabiendo ser papá. Con el tiempo y la práctica, esas manos temblorosas se vuelven seguras, y el vínculo se fortalece en cada gesto de cuidado.

Criar no es tarea exclusiva de la mamá: es una responsabilidad compartida, donde ambos aprenden a cuidar, consolar, alimentar y acompañar al bebé. Por eso, más que “ayudar”, el papá asume un papel activo y consciente desde el inicio.

Llegó el momento donde muchos papás deciden con su comportamiento si son miembros de equipo o simplemente espectadores. Sabemos que es una afirmación muy fuerte, pero tu hijo y su mamá te necesitan ahora más que nunca.


1. Antes del nacimiento: preparación y acompañamiento activo

El acompañamiento del papá comienza mucho antes del parto. Prepararse, informarse y anticipar algunos detalles hace que la llegada del bebé sea más tranquila para ambos.

Infórmate y participa:

  • Asiste a los controles prenatales y a las clases de preparación para el nacimiento.

  • Aprende sobre las etapas del trabajo de parto, las posiciones de alivio y las técnicas de respiración.

  • Aprende todo lo relacionado con la lactancia para que puedas apoyar a la mamá.  Ver todas nuestras recomendaciones en el Blog.

  • Conversa con la mamá sobre sus deseos para el parto y asegúrate de conocerlos para poder respaldarlos.

Ensaya con anticipación:

  • Verifica y practica cómo funcionan la cuna, el coche, la silla del carro, las cámaras de monitoreo y los elementos de baño.

  • Si tienes carro, revisa que la silla infantil o el moisés estén bien instalados, en sentido contrario a la marcha y firmemente asegurados. 

Recuerda: el bebé siempre debe viajar en su silla, incluso desde el momento de salir de la clínica.

Anticipa la logística:

  • Ten listos los documentos necesarios para el ingreso y el alta hospitalaria.

  • Infórmate sobre los trámites del registro civil del bebé en el hospital (en muchos lugares puede hacerse allí mismo).

  • Empaca junto con la mamá la maleta para el nacimiento, incluyendo lo esencial para ambos y para el bebé.

  • Si tú serás el acompañante en la clínica, ten tu maleta lista también.


2. Durante el nacimiento: presencia, calma y participación

En el momento del nacimiento, el papá no sustituye a la mamá, pero su presencia es esencial para dar contención, seguridad y confianza.

Crea un ambiente tranquilo:

  • Habla con suavidad, sostén su mano y recuérdale que respire.

  • Evita interrupciones innecesarias, baja la luz si es posible y mantén un tono sereno.

  • Tu voz y tu calma ayudan a que el cuerpo de la mamá se relaje y el proceso fluya.

Contacto piel a piel:

  • Asegúrate de que, si todo está bien, el bebé sea puesto sobre el pecho de la mamá durante la primera hora de vida.

Este contacto regula la temperatura y respiración del bebé, estabiliza su ritmo cardíaco y activa su reflejo de búsqueda.

Además, fortalece el vínculo afectivo y favorece el inicio de la lactancia materna.

Si la mamá no puede hacerlo de inmediato, tú puedes tener ese primer contacto piel a piel: tu calor, tu olor y tu voz también le darán calma y seguridad.

Aprende por qué es importante y cómo hacerlo aquí

Asume las tareas prácticas:

  • Gestiona los trámites hospitalarios y las comunicaciones necesarias, para que la mamá pueda descansar y concentrarse en su recuperación.

  • Acompaña los primeros chequeos médicos y toma nota de las indicaciones del personal de salud.

 

3. Después del nacimiento: cuidado compartido y aprendizaje conjunto

Las primeras semanas son una etapa de adaptación intensa. El papá tiene un papel fundamental para crear un entorno de calma y colaboración.

Cuidado cotidiano del bebé:

  • Participa activamente en los baños, cambios de pañal y momentos de consuelo.

  • Aprende cómo limpiar el cordón umbilical, vestir al bebé y cargarlo con confianza.

Ver recomendaciones para el cuidado del bebé en nuestro Blog.

  • Practica el contacto piel a piel a diario: fortalece el vínculo, regula el sueño y genera bienestar.

  • Mantente atento a la seguridad y al entorno del bebé: revisa el espacio donde duerme, prevén riesgos (como el síndrome de muerte súbita) y asegúrate de que los elementos estén limpios y en buen estado.

Aprende cómo debe dormir tu bebé para un sueño seguro. Ver recomendaciones

 

Acompañar la lactancia:

  • Infórmate sobre la técnica de agarre, las posturas y las señales de hambre del bebé.

  • Ayuda a que la mamá esté cómoda: acércale agua o una almohada, y celebra cada avance.

  • Recuerda: la lactancia también es un trabajo en equipo. Tu apoyo emocional y tu disposición son esenciales.

Ver recomendaciones para una lactancia materna positiva

 

Cuidar el entorno emocional:

  • Cuidar la salud mental de la mamá en esta etapa es una prioridad.

Su cuerpo atraviesa grandes cambios hormonales y emocionales, y la falta de sueño puede aumentar la sensación de agotamiento o tristeza.

Estos factores, sumados al estrés de la adaptación, pueden predisponer a una depresión posparto, una condición que requiere comprensión, acompañamiento y atención oportuna, no juicio.

Permite que ella descanse y duerma mientras tú te encargas del bebé.

Te compartimos 10 recomendaciones importantes para mantener la salud mental de la mamá después del nacimiento. Ver las recomendaciones

  • Participar en las tareas del hogar también es parte del cuidado.
    Cocinar, lavar los platos, encargarse del lavado y doblado de la ropa o hacer el mercado son actividades que el papá puede y debe asumir como propias, más allá de si tienen o no ayuda en casa.
    La llegada de un bebé transforma las rutinas, y los fines de semana —cuando muchas veces no hay apoyo externo— es clave que ambos compartan estas labores. Mantener el hogar en orden y con un ambiente tranquilo también es una forma de cuidar a la mamá y al bebé.

 

  • Cuidarte también:

Ser papá implica una gran carga emocional. Es normal sentirse agotado, confundido o sobrepasado. Busca apoyo, habla de lo que sientes y no te exijas perfección. El bebé necesita un papá presente, no perfecto.

 

Definir dinámicas de visitas y participación de familiares:

La tranquilidad del hogar favorece la recuperación y el vínculo con el bebé.

Definan juntos cuándo y cómo empezarán a recibir visitas, filtren llamadas y creen rutinas simples que den orden y calma.

Es importante establecer acuerdos claros con las familias de ambos: muchas abuelas y familiares desean estar presentes constantemente, pero la pareja define los límites y el ritmo de esta nueva etapa.

Hablen con amor y claridad sobre lo que necesitan y las reglas que desean mantener para una convivencia sana y respetuosa. Comuníquenlo a las familias con cariño y firmeza.

 

En resumen

El rol del papá en el nacimiento y las primeras semanas va mucho más allá de “ayudar”: es compartir, acompañar y construir juntos.
Cada acción —desde instalar la silla del carro, hasta pedir el contacto piel a piel o preparar una comida— es una forma de amor y compromiso.

Cuando el papá se involucra activamente desde el inicio, el bebé crece sintiéndose seguro, la mamá se recupera mejor y la familia construye un vínculo más fuerte, basado en ternura, respeto y equilibrio.

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